domingo, 7 de marzo de 2010

Un viaje turbulento

El efecto del despegue era engañoso. Los transportes tenían los compensadores inerciales ajustados al 100%, así que no había la más mínima sensación de empuje en el despegue. Se podía notar al salir o entrar en atmosferas y por supuesto con el hiperespacio, pero por lo demás era como estar sentado en las gradas de un circuito de vainas. Aun así, Kalir se volvió a sentir cómodo. No le gustaba demasiado la sensación de la gravedad natural. Tan diferente para los distintos planetas, en uno te sentías flotar y en otro te costaba respirar. En cambio dentro de una nave siempre era el mismo. A veces pensaba que la natural era artificial y la artificial era la gravedad natural.


Sabía que desde lejos se les vería como un diminuto punto de luz, pero el ya estaba viendo difuminarse el cielo para dar paso al manto de estrellas. Sus años de piloto y navegante entraban en acción, reconociendo las estrellas hasta situarse en el punto exacto.

- ¿Ves esto Kalir?

Moran estaba sentado detrás del duro, repasando los sensores, cuando dos puntos se iluminaron en su pantalla.

- ¿Se puede saber en que coño nos hemos metido?

En busca de un maletín


Jatak-niei:

El grupo llega a Eriadu, en el borde exterior, buscando información sobre su misión: recuperar un maletín que ha sido robado de cierta corporación.
Tras aterrizar el grupo discute sobre que hacer, se propone ir a una taberna a refrescarse y obtener información. El grupo parece indeciso y se quedan un rato de cháchara en la nave, cuando aparece un grupo de niños pequeños que se acercan a curiosear, pero son rápidamente disuadidos por los rudos modales de los protagonistas.

Tras salir de la zona de hangares, el grupo decide entrar en la primera taberna que encuentran, la cual no es muy vistosa, mas bien es un antro de mala muerte. El grupo, lejos de hacerse los duros, salen de allí casi entre lloriqueos. Tras un rato en la puerta de la taberna, deciden separarse para buscar información: Jatak y Kalir buscan una buena taberna mientras Belis y Moran buscan información sobre la misión.

Tras unas horas, se reúnen en la mas selecta de las tabernas, donde, tras pedir, son "invitados" a irse. Ahora saben que un gamorreano ha tenido una pelea en una taberna y que ha armado bastante escándalo. El de seguridad lleva al grupo a una tercera taberna, donde tras hablar con el camarero, nos dice que es el lugar donde el gamorreano tuvo la trifulca. Dice que esta bastante enfadado por este hecho.

Tras "dialogar" con el encargado accede a indicarnos donde encontrar al cerdo, llama a un pequeño chiss para que los acompañe. Tras un tira y afloja sobre el alquiler de un deslizador, el grupo pacta con el chaval, sacarlo del planeta a cambio de llevarselo gratis.

El pequeño guia al grupo al borde de un bosquecillo, en el cual se adentran armados de sus blasters. Tras un rato caminando en silencio, llegan a un claro donde observan a 4 encapuchados y un gamorreano cerca de una nave. Tras unos momentos discutiendo que hacer, deciden entablar combate con los extraños. Tras un encarnizado combate, los vencen, dejando uno con vida para interrogar. Tras un sutil interrogatorio, accede a dar el maletín al grupo.

sábado, 27 de febrero de 2010

La Era de la Nueva República

Casi cinco años han pasado desde la muerte del Emperador. Mon Mothma es la actual líder del intento de Nueva República y el Imperio sigue coleteando en forma del Remanente Imperial liderado por el Gran Almirante Thrawn.

La Nueva Orden Jedi de Yavin 4 está comenzando y nacen los gemelos Solo. Pero esa no es la historia que nos ocupa. Con el Imperio desmoronandose por toda la galaxia entre guerras internas, miles de ex-soldados o contrabandistas que pretendían pasar desapercibidos durante el Auge del Imperio, ahora son una plaga para las gentes de bien. Alguien debe encargarse de ellos, y la Nueva República no ha terminado de instaurar la paz por toda la galaxia, si es que algún día lo consigue.

Es el año 9 DBY y hay muchos créditos en juego para aquellos a los que les gusten las aventuras.

viernes, 26 de febrero de 2010

Transición Espacial


Para Belis Tunonel, el hiperespacio es casi tan común como nuestra dimensión habitual. Las estrellas se convierten en líneas de luz a través del enorme panel transparente del frontal de la nave. Le recuerda a su infancia como Generacional en una enorme nave de línea imperial. Correteando por los corredores del sector familiar. Huyendo de su madre y sus continuas quejas sobre lo poco que Belis honra a sus antepasados Corustcanos. En esos corredores había, y seguirán existiendo en aquellas naves que hayan sobrevivido a la caída del Imperio, unos ventanucos por los que la visión era parecida a la actual. Una visión que podría ser relajante, si no se tuviesen en cuenta los pseudo-ronquidos de Kalir. Este duro de enormes ojos brillantes y piel grisácea es el mejor piloto que Belis ha conocido en su vida. Mejor que cualquiera de los pilotos de Tie. A pesar de toda la propaganda imperial, Belis nunca tuvo el mismo odio que el resto profesaban a todo lo que no fuese humano.

- ¿Podías roncar un poco menos, no?

- No estoy roncando – replica el duro sin abrir los ojos con una sonrisa -, respiro fuerte. Y ya sabes que si no descanso bien, ¿quién esquiva los meteoritos en los que nos metes? ¿Moran? No sabe ni usar una torreta.

- Hey grisito, a mi no me metas – replica el aludido mientras saca una ficha de sabbacc de no se sabe donde.

Siempre igual, piensa Belis mientras sale del puente, 5 años y la cosa sigue igual. Casi le parecía estar de nuevo en la fragata Impropious. Compañeros lanzandose pullas. Todo fachada, porque a la hora de la verdad cualquiera de ellos daría la vida por uno de sus compañeros. Y cualquiera de los conocidos de Moran no se lo creerían ni por todos los créditos del Imperio. El Imperio. Casi puede ver uno de esos pequeños droides negros correpasillos por los que tanto le ha preguntado Jatak. Un momento.

- Hey Belis – Jatak’niei con los lekkus a la zaga, aparece casi sin resuello por el corredor, detrás del pequeño droide - ¿Qué te parece el MSE-6?

- ¿Estás de broma? ¿Lo has hecho tu? – pregunta Belis sin salir de su asombro – Eso es en lo que estabas tan ocupado, eres increíble.

- Talento innato, Belis, innato.

Justo cuando Belis se acerca al droide, una familiar sensación, le activa los sentidos.

- Hemos llegado chicos – la voz de Moran llega distorsionada por los comunicadores de la nave.

- Nos vemos en el puente – responde Jatak apretando momentaneamente el botón de la pared.

Eriadu es el Coruscant del Borde Exterior. Aun así Phelar Port está en una zona deshabitada y árida en la que los piratas y contrabandistas se pueden refugiar facilmente y al mismo tiempo tener acceso a los repuestos necesarios, así como una ciudad superindustrializada donde vender sus últimas adquisiciones. Precisamente un grupo así es lo que buscan. Recuperar cierto datapad es su última misión. Y así empieza todo.